Lescun es uno de los espacios naturales más bellos y espectaculares del territorio Aspe/Jacetania. El maravilloso circo natural está rodeado por míticas cimas de más de 2.000 metros, como la Mesa de los Tres Reyes, Anie, Agujas de Ansabere, Billere, Acherito o el Soum Couy. Es un paraíso para los aficionados a la escalada y el senderismo, pues ofrece una diversidad de desniveles y dificultades que difícilmente se puede encontrar en otro lugar del entorno. La mole de Billere (2.309 metros), es la cima que domina la vista desde el bello pueblo de Lescun. Es también una de las grandes barreras geográficas que divide el circo en varias zonas: la parte meridional que da acceso al Puerto de Palo y Oza, el pequeño valle que conduce a las Agujas de Ansabere y Petrechema y ya en el norte el plateau de Sanchese.
Las cumbres afiladas y altivas que rodean al gran circo surgen como dentelladas calcáreas que conforman un decorado de una belleza soberbia. Todo este conjunto de cimas se ha ganado la denominación de los “Dolomitas del Pirineo” y sus cortantes perfiles pertenecen al lado más abrupto de la cordillera, donde la belleza y el peligro conforman una mezcla vertiginosa. Los aficionados al montañismo podrán afrontar el reto de ascender el pico rocoso de Billere, que asume buena parte del protagonismo del decorado de fondo. Desde su cima las vistas son impresionantes. Los pliegues de Lescun se superponen hasta el perfil inconfundible del Midi d’Ossau. Más allá se divisa el Balaitus, al sureste la sierra de Aísa y la de Bermera, surgiendo sobre la impresionante Selva de Oza, en el valle español de Hecho.
Si seguimos girando podremos contemplar al suroeste una secuencia irrepetible de míticas cumbres pirenaicas, en el extremo más occidental de la cordillera. Son cumbres que todavía no alcanzan los 3.000 metros pero que empiezan a anunciar la grandiosidad pirenaica. Acherito y la Mesa de los Tres Reyes con las Agujas de Ansabere en medio, como queriendo vigilar ambos colosos. Al norte se cierra el circo con el Auñamendi-Anie y los llamativos Orgues de Camplong. Al oeste veremos inconfundible la meseta kárstica de Larra, uno de los espectáculos más sorprendentes y cautivadores del Pirineo navarro.