La iglesia de la Asunción de Canfranc fue entregada por el monarca aragonés Pedro II al monasterio de Santa Cristina de Somport en 1202. A lo largo de su historia fue destruida y reconstruida en varias ocasiones. La última de ellas fue a raíz del pavoroso incendio que asoló la localidad en 1944 y que causó daños considerables en la estructura del templo, fundamentalmente en los arcos que sostenían las bóvedas. Todo fue rehabilitado tras el suceso.
Por lo tanto, su estado actual es la consecuencia de varias intervenciones desarrolladas a lo largo de su historia. Una de las más relevantes fue la que acometió el maestro Juan de Segura a principios del siglo XVI. Todo indica que fue entonces cuando se construyó la capilla mayor, de planta cuadrangular, cubierta con una bóveda de crucería estrellada.
La iglesia, de proporciones modestas pero rotundas, tiene un cuerpo de tres naves. En cada uno de sus muros laterales se encuentran dos capillas. El elemento más notorio de su estructura es la torre campanario de planta octogonal situada en el ala oeste del edificio. Igualmente destaca el sencillo pórtico cubierto de dos aguas que resguarda el acceso al edificio.
En el interior sobresale un retablo de escultura de estilo neogótico dedicado a la Señora de la Asunción, realizado después del incendio de 1944 por el taller zaragozano de los Hermanos Albareda. En el ático se conservan, sin embargo, dos de las tallas del retablo original que pudieron ser salvadas del fuego.
La dotación de las cuatro capillas laterales es también de gran interés. En cada una de ellas se exponen retablos de estilo barroco que sobrevivieron al incendio gracias a la colaboración de los vecinos de la localidad. En la primera capilla del lado de la Epístola (lado derecho), se encuentra el dedicado a la Santísima Trinidad. En la segunda capilla se conserva un llamativo retablo de estructura tripartita. En la primera capilla del lado del Evangelio (lado izquierdo), existe otro retablo de dos pisos y tres calles cada uno, de factura muy tosca, dedicado a Pedro de Arbués, que ascendió a los altares en 1664.
En la segunda capilla del lado del Evangelio se ubica un último retablo barroco de escultura, también de estructura tripartita dedicado a la Sagrada Familia.