La actual iglesia del Salvador fue levantada en sillarejo en el siglo XVIII sobre otro edificio del siglo XIV que estuvo dedicado al Salvador. En concreto, existe documentación fechada en 1336 que ya hablaba de aquel tempo original. El edificio que encontrará ahora el visitante aprovecha algunos de los elementos del primigenio, como la torre campanario (levantada en 1646), y una hermosa portada gótica reconocible por el pórtico que la cobija. Para acceder al interior de la iglesia se pueden atravesar dos portadas. En una de ellas aparecen las inscripciones “IHS” (“Iesus Hominum Salvator”-“Jesús Salvador de los hombres”) y “abadía”.
El edificio es sencillo pero ofrece un notable abanico de elementos artísticos y arquitectónicos de gran interés. Su estructura, de una sola nave, fue ampliada con el tiempo con la edificación de dos capillas en cada uno de los lados que le confiere al conjunto una apariencia de cruz latina. Además el templo posee un coro elevado a los pies que estuvo comunicado hasta 1930 con el palacio de La Clavería, edificio adyacente del siglo XIII que fue sede del Priorato de Santa Cecilia, perteneciente al señorío del monasterio de San Juan de la Peña durante varios siglos.
En el interior de la iglesia llamará la atención las bóvedas decoradas en el siglo XVIII con pinturas a base de cartelas, hojarasca y angelotes. De finales de ese siglo data el retablo del altar mayor, una obra mixta de pintura y escultura que se elaboró siguiendo los modelos de algunas obras del monasterio de San Juan de la Peña. Así se constataba en el encargo realizado en 1767 al artista zaragozano Braulio González, y que hacía referencia al “modo francés” para definir el estilo creativo. Los lienzos reproducen la Ascensión y el Padre eterno.
Otra pieza que merece ser reseñada es el retablo de la Virgen del Rosario, que fue realizado en el año 1565 por Jorge Erigert de Flandes, un artista que residía en aquella época en la localidad navarra de Sangüesa. Se trata de una obra realizada en madera siguiendo los criterios estéticos del llamado “primer Renacimiento”. Los relieves muestran escenas de la vida de la Virgen
También se conserva la imagen románica de Nuestra Señora de la Peña, realizada en el siglo XIII, que representa a María entronizada y coronada como reina, con el Niño sentado en su regazo.