La parroquial de Santa Cruz de la Serós es el último testimonio del antiguo monasterio femenino fundado a finales del siglo X por Sancho Garcés II Abarca y por su esposa Urraca Fernández. Vivió momentos de gran esplendor, fundamentalmente durante el reinado de Ramiro I. Tras el Concilio de Trento (1543-1563), se impuso la obligación de trasladar las comunidades religiosas situadas en el ámbito rural a núcleos urbanos. Así fue como la orden benedictina se asentó en Jaca en 1555, donde continúa en la actualidad.
De aquel primitivo conjunto monástico sólo quedan la iglesia y la torre. El edificio consta de una sola nave, cubierta con bóveda de cañón articulada mediante arcos fajones. Al Este queda cerrada por un ábside semicircular. A ambos lados del presbiterio se abren dos capillas cubiertas con bóveda de crucería de las que surgen dos pequeños ábsides que confieren a la planta del edificio una apariencia de cruz latina.
Sobre el tramo previo al presbiterio se dispone una segunda altura a la que se accede por unas escaleras dispuestas en el interior del muro norte. La portada situada en la zona de los pies se constituye con un arco con dos arquivoltas entre las que discurre una hilera de bolas, de las cuales la central representa una cabeza humana. El tímpano presenta un crismón flanqueado por dos leones, una versión sencilla de la composición del tímpano de la portada occidental de la catedral de Jaca.
En el aro del crismón figura en latín la siguiente leyenda: "Yo soy la puerta de entrada: pasad por mí fieles. Yo soy la fuente de la Vida: tenéis más sed de mí que de vino, vosotros que penetráis en este bienaventurado templo de la Virgen". Y bajo las patas de los leones: "Arrepiéntete para que puedas invocar a Cristo".
La dotación artística es sencilla. En la capilla del lado norte se halla el antiguo retablo mayor del templo, obra de estilo gótico del año 1490. El retablo se halla protegido por un guardapolvo. En la hornacina central se conserva una imagen de la Virgen con el Niño en alabastro policromado, también de finales del siglo XV. En la capilla del lado sur se guardan dos retablos, uno de ellos presidido por un lienzo de San Jerónimo, fechado en 1618. El otro, dedicado a los santos Voto y Félix, es del siglo XVIII.