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El plomo es la materia prima de las más de 32.000 figuritas, de apenas 20 milímetros, que pueblan el Museo de Miniaturas Militares. Ubicado en la Ciudadela de Jaca desde abril de 2007 (el museo original estuvo durante varias décadas en el Fuerte de Rapitán), es un fascinante viaje que permite visualizar la evolución de los ejércitos a lo largo de la historia, tanto en su estética como en sus planteamientos estratégicos.
El principal objetivo del museo es dar a conocer la historia de los ejércitos del mundo, desde el antiguo Egipto hasta la actualidad, ilustrando los cambios en las tácticas y técnicas de guerra, en las armas, las vestimentas y hasta en los objetivos de la intermediación de las fuerzas armadas, ya que sus funciones y cometidos en la antigüedad poco tienen que ver con las actuales misiones militares.
El recorrido que propone este museo de plomo se hace a través de 23 vitrinas, o dioramas, en las que se recrean otras tantas batallas de trascendencia histórica. El orden cronológico que siguen los combates y la fidelidad con las que se han recreado las formaciones militares, en sus vestimentas, armas y vehículos; y los decorados, obra del artista local Juan Bautista Topete, facilitan una visita que se completa en una hora, aproximadamente. El orden temporal se establece del siguiente modo: “Primeros grandes ejércitos”, “De las cruzadas al siglo XVIII”, “Hacia la I Guerra Mundial”, “Guerra Civil Española y II Guerra Mundial” y “Hacia la paz”.
El final del recorrido sorprende. La maqueta sale directamente del suelo y es la más grande y llamativa del museo. Recrea la División Acorazada Brunete nº1 y el amplio despliegue de carros de combate y vehículos que la forman. Son casi 5.500 piezas las que rememoran la mayor unidad de combate del ejército español.