El Ayuntamiento de Hecho compró en su día Casa Mazo para acondicionarlo como museo. La reforma respetó sin embargo la estructura original del inmueble, típica de las casas chesas. Hoy es un Museo Etnológico que permite acercarse a los modos de vida tradicionales y ya desaparecidos de la sociedad chesa.
En el edificio, situado a pocos metros de la Plaza Mayor de Hecho, destacan la planta rectangular, los anchos muros de piedra, las ventanas de reducidas dimensiones -en particular las dos geminadas con parteluz de la fachada principal-, la cubierta de teja plana fabricada en el propio valle, y la imponente chimenea troncocónica. La puerta, con dintel en madera tallada, da paso al interior dividido en dos plantas.
En la inferior, numerosos útiles y aparejos de la vida laboral y cotidiana, son testigos de los quehaceres de antaño, destacando los relacionados con la agricultura, la ganadería, la fabricación del queso y el requesón, la fabricación del pan, o aquellos que se usaban en las labores diarias de la casa.
La planta superior está ocupada por un llamativo y enorme hogar con todo el mobiliario, objetos y utensilios propios de las cocinas chesas. Destaca la salida de humos en forma de campana que da lugar en el exterior a la soberbia chimenea ya señalada. Otros objetos del día a día, y unos ejemplares del traje típico cheso, completan esta estancia.
Por las dos plantas se distribuye una sorprendente colección de imágenes de principios del siglo XX del excelente fotógrafo Ricardo Compairé.