El Museo Etnológico de Salvatierra de Esca surge por iniciativa popular. Se accede al mismo por la antigua herrería, y en él, a modo de sencilla colección, los vecinos de la localidad han ido acumulando con el tiempo toda suerte de utensilios del trabajo y de la vida cotidiana que nos permiten hoy acercarnos a una realidad no demasiado lejana en el tiempo. Así, la mayoría de los objetos que se exponen (segadoras, jubos, bastes, etc.) están relacionados con las labores manuales que se realizaban en el campo y con aquellos otros trabajos agrícolas que precisaban de ayuda animal. De otra parte, se pueden observar también objetos de uso doméstico, como candelabros, calderizos, braseros, cucharones de madera, tinajas, cestas de mimbre, tederos, etc.

Tradicionalmente la economía de Salvatierra de Esca se ha basado en la agricultura, la ganadería y la explotación maderera, siendo históricamente muy estrecha la relación con sus vecinos navarros de los pueblos del valle del Roncal, aguas arriba del río Esca. A todos ellos les une la singular y ya desaparecida tradición del transporte de troncos por el río a través de la construcción de las conocidas almadías.

El lugar elegido para albergar este museo es posiblemente la cripta de la Iglesia de San Salvador, parroquial del lugar, a la que se puede acceder por puerta interior. El templo, del siglo XVI y de nave única articulada en tres tramos de crucería estrellada, cuenta con una interesante torre adosada al mismo en el siglo XVII que le confiere cierto aire de fortaleza.